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¿Y si os digo que los aparatos tienen fallos a posta? ¿Que los han programado así? ¿Que tu pantalla no se apaga por la hostia que le metiste hace unos días, sino porque lo han fabricado con la intención de que se estropease en una fecha programada? Bueno, quizás si que rompiste tu móvil con esa hostia, pero te aseguro que si no se la hubieras dado también se habría estropeado más tarde o temprano.
Os introduzco un nuevo término: La Obsolescencia programada. Literalmente es la programación del fin de vida de un producto.
Y no solo existe en los móviles. En lavadoras que dejan de funcionar a los 2.500 lavados, TVs que se detienen a las 20.000 horas... ¡Los hornos podrian durar más de 15 años, y aunque parezca ya mucho tiempo, tienen la capacidad de hacerlo! ¡E incluso los libros de texto se vuelven obsoletos! Las editoriales modifican los libros anualmente, y que los colegios pidan continuamente las nuevas entregas impide el rehúso de los mismos.
Ésta es una política muy abusiva por parte de las empresas, y es deber del consumidor solucionarlas. Si todos estuviéramos concienciados, expresáramos nuestras quejas y nos negáramos a comprar estos productos defectuosos, ésto se solucionaría de un día para otro.
No es solo que tengamos que comprar dispositivos nuevos.
Como consecuencia de la obsolescencia programada, ha aparecido la chatarra electrónica. Ésta es el deshecho electrónico de todo dispositivo electrónico cuya vida útil ha terminado. No es solo que los tiremos a la basura, es toda la contaminación que esto provoca. Creamos sin darnos cuenta enormes vertederos de basura electrónica que son peligrosos tanto para el planeta como para nuestra salud.
Posibles soluciones.
Existe una popular regla para la reducción de residuos y protección del medio ambiente, la regla de las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar). Si intentamos aplicar estas normas al ámbito de la electrónica, nos resulta quizás reutilizar un producto que ya no es funcional, o reducir el abandono de estos mismos. Puede ser que sí que hayan personas que les interese descomponer los aparatos para aprovechar alguna de las piezas que contienen, pero no es lo más común. Lo más cercano para todo el mundo es reciclar, eso si que podemos hacer sin excusa. No hay un color de contenedor definido para los aparatos electrónicos, pero no por ello lo debemos tirar al orgánico. Existen empresas que los recogen y reciclan, sin coste alguno, y así hacen un gran favor al medio ambiente. Por ejemplo los ecoparques, que puedes ir a uno de ellos y tirar tus electrodomésticos o cualquier aparato.
Personalmente, en casa tenemos la costumbre de guardar los móviles que ya no usamos, puesto que es posible que en el futuro las empresas hagan una promoción y te descuenten parte del precio por llevar tus antiguos dispositivos. Pero más allá de los móviles, si que hemos ido en algunas ocasiones a un ecoparque cercano a tirar algún electrodoméstico estropeado. ¡Nunca al orgánico! ¡Y las pilas tampoco!
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